domingo, 22 de enero de 2012

Poesía IX


Ciega sed de sangre, 
cruel hambre absoluta 
muerte que fue hombre 
demonio de las sombras 
piedad y amor solo son nombres 
de cuando el sol brillaba 
apenas un amargo recuerdo 
ni siquiera eso 
el depredador acecha 
implacable a su joven presa 
pero el antiguo monstruo 
que nunca fallo, ahora yerra 
la pobre niña no está indefensa 
el ser que el terror siembra 
ante la cazadora ahora tiembla 
pronto el viento, el polvo se lleva. 


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